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Dilruba Z. Ara (Ediciones Maeva)
Traducción de Mónica Rubio
436 Páginas – 20 €
Una preciosa novela y que justo al comenzar a leerla se nota la mano de una mujer, de una detallista mujer y gran narradora.
Dilruba Z. Ara nació en Dhaka (Bangladés) y procede de una familia de gran tradición literaria. Su padre es un reputado autor en la literatura bengalí y despertó en edad temprana a nuestra autora una gran pasión por las figuras mitológicas y por los cuentos tradicionales hindúes. Desde bastante pequeña empezó a escribir y, siendo aún muy joven, al empezar sus estudios en su país natal, se casó con un aviador sueco trasladándose a este país y acabando allí sus estudios de filología inglesa y árabe clásico. Es una escritora que ejerce lo mismo en prosa que en poesía, un detalle que se deja entrever en las páginas de la obra en cuestión.
La historia que nos relata es la de una chiquita campesina la cual, no por ser muy deseada por la madre, que ya tenía tres hijos varones, es muy querida por sus padres. Su madre logra dar a luz a Daria gracias a ciertos hechizos y mejunjes de un brujo de la aldea. El físico de la recién nacida y la accidental manera en la que llega al mundo con un desagradable incidente con la comadrona, hace que la vida tranquila del pueblo dé un giro radical. Según va creciendo los acontecimientos se desencadenan de una manera trágica para la niña y los familiares. Y los avatares de una decisión prematura y equivocada harán que toda la historia cobre un cariz inesperado haciendo que los sentimientos de todos los integrantes de la historia no sean nunca correspondidos como sería lógico.
Nos encontramos ante una novela cuya mejor característica es la tranquilidad de escritura y su preciosa y delicada descripción de hechos y entornos. Si importante es el desencadenamiento de ciertas decisiones por los protagonistas, lo que conlleva un devenir inesperado de situaciones, no menos importante es el retrato de los entornos de la acción. Nuestra escritora es una maestra a la hora de relatar con sumo preciosismo y delicadeza los colores de los cielos, los movimientos de los pequeños insectos que pueblan la obra, las características de la hojas que siembran los caminos, las luces de las diferentes estancias de la casa, las diferentes comidas y especias que aparecen a lo largo de la novela… Todo ello nos proporciona un valor añadido a esta obra que se aleja de una manera significativa de las típicas novelas de hoy en día. Y es de reseñar el gran estudio psicológico que hace de los personajes. De todos ellos y el suave y milimetrado incremento de tensión cuando vamos avanzando en el libro.
Pienso que es una placentera novela para leer sin prisas. Una buena opción para estas fechas de relax que vienen dentro de poco y que nos hace escoger unas lecturas que lo importante no son los “cómo acaba todo ello”. Gustará especialmente a madres, aunque su lectura es recomendable a cualquier lector que no sea impaciente. Y comparto el comentario que ponen en la contraportada: se lee de un tirón.
Publicado por Javier el 11/06/2008 a las 9:32 | Mis críticas